La traducción jurada se halla entre los servicios de nuestra agencia. Pero, ¿qué se entiende por “traducción jurada”? ¿Cuándo es necesario solicitarla? ¿A quién afecta?.

 

Con el fin de que un documento tenga valor legal también en el extranjero, es necesario que el traductor asuma la responsabilidad de aquello que traduce firmando un juramento verbal que atestigua veracidad. Esta práctica se denomina aseveración o traducción jurada y es sólo a través de las traducciones juradas, que un documento traducido adquiere el mismo valor que el original.

Sin embargo, esta no debe confundirse con la traducción certificada, que consiste en una sencilla declaración personal por parte del traductor o de la agencia que asume la responsabilidad del trabajo llevado a cabo.

La traducción jurada es necesaria para todos aquellos documentos legales oficiales que deben ser utilizados en el extranjero o por el contrario, documentos oficiales del extranjero que deben utilizarse en Italia, comprendiendo así títulos de estudio, certificados profesionales, certificados personales, actos legales y notariales, contratos, testamentos, certificados de la Cámara de Comercio o del Tribunal, etcétera.

Si la traducción confirmada debe ser transmitida al extranjero, es necesario que la declaración jurada sea legalizada por el canciller a cargo de la Fiscalía de la Corte o por un notario. Esta práctica sirve para certificar la procedencia de los documentos, la identidad y la cualificación de quien los ha firmado.

Dado el carácter oficial de los documentos, es importante rodearse de traductores jurados cualificados, inscritos en la Relación de Peritos y Expertos de la Cámara de Comercio de competencia para el territorio, en la categoría de Traductores e Intérpretes, para lo cual es necesario un examen específico.